Según datos del Ministerio Público más del 60% de las denuncias terminaron con suspensión del procedimiento -con condicionantes para el agresor- o archivadas por “falta de antecedentes”. Sernam dice que hay avances y que dos de cada tres mujeres que denuncian ya no están con el victimario.La Quinta Encuesta Nacional de Corporación Humanas "Percepciones de Mujeres sobre su situación y condiciones de vida 2008" entrega un dato revelador: un 56% considera que la protección del Estado ante la violencia intrafamiliar ha empeorado o mantenido igual. Ello pese a los cambios legislativos, a las casas de acogida y las campañas nacionales.
La sensación de desprotección se explica por falta de confianza en la justicia -parte no menor de las mujeres víctimas de femicidios realizaron denuncias o contaron con medidas cautelares- y de medidas de prevención tendientes a efectuar un cambio cultural desde la niñez, por ejemplo, incorporando el tema en el currículo escolar.
Pero no es sólo eso. Al mirar las cifras entregadas por el último boletín del Ministerio Público -enero a septiembre de este año- los datos dan cuenta de que en más del 70% de los casos denunciados, los agresores terminan con juicios suspendidos bajo una serie de condicionantes (32,9%), con un 32,5% de los casos archivados por "falta de antecedentes" (una parte de ellos por la no ratificación de la denuncia) y con otros que nunca se tramitaron porque el fiscal de turno tiene la facultad para decidir si "tiene o no mérito" el caso bajo la figura de "principio de oportunidad" (12%).
En resumen, de casi 70 mil denuncias que se han realizado este año por lesiones, amenazas, maltrato habitual, desacato, parricidio u otros delitos de violencia intrafamiliar, sólo un 9,4% termina con sentencia condenatoria para el agresor.Para la abogada y presidenta de la Corporación Humanas, Lorena Fries, aunque ningún sistema penal puede dar cuenta de un problema como la violencia, eso no significa que se le mire en menos, sobretodo cuando se trata de maltrato no habitual. "Pareciera que si por primera vez alguien te agrede no es importante". En ese sentido, sostiene, hay una falta de adaptación de los operadores de la justicia y prácticas discriminatorias al trivializar estos casos. "La violencia debiera estar en la malla curricular de la academia judicial", dice y agrega que los cambios a la ley que se tramitan en el Congreso van en buena dirección, pero que falta acompañar esto de prevención y campañas permanentes y no "una al año".
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